THE CHOICE AT GETHSEMANE
It sometimes feels overwhelming to write about You. You, our King. You, our Dad. You, the Creator and Designer of everything we see and of everyone we know. The Artist that paints the sky, the LOVE that shows in it, everyday anew, a picture for me, a picture for you. So great and so gentle, why do you pursue us like this? Why would You, so tall and mighty, reach down to us, and into us, to enter our distracted, busy, stubborn little hearts?
You want us this much, pursue us this hard: “For God so loved the world that He gave His one and only Son…” (John 3:16). But WHY? Why coming to the world? Why dying on a cross? The question that, everyone that hears about You, ends up wrestling with: WHY? Please forgive us if at first it doesn’t make sense. But You are the Designer of the human heart. You know our desires, our pains, our fights. You gave us free will, for who can desire or feel the LOVE of someone else, if there is no CHOICE first? Thus, You, better than anyone, knows how to do this: You gave your one and only Son, perhaps because that was the one and only way that our distracted, busy, stubborn little hearts, will finally get to know Yours.
Speaking our language, entering our circumstances, taking our form, and following our rules, You came. You suffered a cruel death, You raised from the dead, You showed up... You still show up. In pain, isolation, rejection, and death, You spoke. Isn’t that how it still happens, that we come to find You when life hits us the hardest? Oh, our distracted, busy, stubborn little hearts! If only we had ears to hear Your Words, if only we had eyes to see You every day, in everything You do, in all that You are. But way too often, we don’t. We get too comfortable too quickly, but full of anxiety, drowning on the illusion of being the ones in control. And so You came, becoming one of us, eye-to-eye, face-to-face. For “what man of you, having a hundred sheep, if he has lost one of them, does not leave the ninety-nine in the open country, and goes after the one that is lost, until he finds it?” (Luke 15:4) Would it then be too crazy to think that YOU, the same One that made us, wouldn’t leave the greatness of Heaven to come after us, after our love, until You find it?
Well… this is exactly the choice You made. Hours before the cross, and before Your resurrection, You chose to play in our nonsense, to LOVE us above and beyond everything, for a full display of Your power and of Your grace. Yes, this was your reckless, loving choice, for we know You could’ve asked for more than twelve legions of angels to protect You (Mt. 26:53); but You didn’t. Instead, on the final hours of Your human presence here on earth, You prayed, and You wept. The Gethsemane Garden was witness of Your humanity: Your tears, Your fear and Your valor. So strong were these feelings and Your conviction that Your face bled in high pressure: “Father, if You are willing, take this cup from me; yet not my will but Yours be done” (Luke 22:42) We can’t imagine how that must’ve felt. Nothing compared to what was to happen next, but we THANK YOU, because it was there at the Gethsemane Garden that You made Your final call, your resolution to proceed, to insert yourself in the madness of humanity, and conquer madness itself. Perhaps we could then understand who You truly are... finally see your heart in all of this.
These are the good news that we celebrate this Easter and always! The joy of serving a creator God that pursues us this much, this way, and despite our imperfections. A God that broke through every hopelessness and fear, even death, to show us, in our human terms, the divine, powerful LOVE He feels for all of us His children. For all of this, we THANK YOU Jesus. For all that You have done. For all that You still do. Every part a work of art, designed to gain our distracted, busy, stubborn little hearts, and make us Yours.
Happy Easter!
Always,
JUNTOS
(M.A.R-B)
LA ELECCIÓN EN GETSEMANÍ
A veces se siente abrumador escribir sobre ti. Tú, nuestro Rey. Tú, nuestro Papá. Tú, el Creador y Diseñador de todo lo que vemos y de todos los que conocemos. El artista que pinta el cielo, el AMOR que se muestra en él, todos los días de nuevo, una pintura para mí, una pintura para ti. Tan grandioso y gentil, ¿por qué nos buscas así? ¿Por qué Tú, tan alto y poderoso, llegarías hasta nosotros y entrarías en nuestros pequeños corazones distraídos, ocupados y obstinados?
¡Tú nos quieres tanto, nos persigues con tantas ganas! "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito..." (Juan 3:16). ¿POR QUÉ? ¿Por qué venir al mundo? ¿Por qué morir en una cruz? Esa es la pregunta con la cual todos los que oyen sobre ti terminan luchando: ¿POR QUÉ? Por favor, perdónanos si al principio no nos hace ningún sentido. Tú eres el Diseñador del corazón humano. Tú conoces nuestros deseos, nuestros dolores, nuestras luchas. Nos diste libre elección, ¿pues quién puede desear o sentir el AMOR de otra persona sin haber ELECCIÓN primero? Y así, Tú mejor que nadie sabes cómo hacer esto: entregaste a tu único Hijo, tal vez por ser la única forma en que nuestros corazones pequeños, distraídos, ocupados, y obstinados, finalmente llegarían a conocer el Tuyo.
Hablando nuestro idioma, entrando en nuestras circunstancias, tomando nuestra forma y siguiendo nuestras reglas, Tú viniste. Sufriendo una muerte cruel, resucitaste de entre los muertos, te apareciste muchas veces... y todavía apareces. En el dolor, el aislamiento, el rechazo y la muerte, nos hablaste. ¿No es así como todavía sucede, que venimos a encontrarte, a oírte justo cuando la vida nos golpea más fuerte? ¡Ay pequeños corazones distraídos, ocupados y obstinados! Si tuviéramos oídos para escuchar tus Palabras, si tuviéramos ojos para verte todos los días, en todo lo que haces, en todo lo que eres. Pero con demasiada frecuencia, no lo hacemos. Volvemos a vivir demasiado cómodos demasiado rápido, pero llenos de ansiedad, ahogándonos en la ilusión de tener el control. Es por esto que te volviste uno de nosotros, para vernos cara a cara, frente a frente. Porque "¿quién de ustedes,
teniendo cien ovejas, si ha perdido una, no deja las noventa y nueve en campo abierto, y va tras la que está perdida, hasta que la encuentre?" (Lucas 15: 4) ¿Sería entonces demasiado loco pensar que TU, Aquel mismo que nos hizo, no dejaría la grandeza del Cielo para venir en pos de nosotros y de nuestro amor, hasta que lo encuentre?
Y esta es exactamente la elección que Tú hiciste. Horas antes de la cruz, y antes de Tu resurrección, elegiste jugar nuestro juego, entrar en nuestra locura, y AMARNOS más allá de todo, para una exhibición completa de Tu poder y de Tu gracia. Sí, esta fue Tu elección imprudente y amorosa, porque sabemos que podrías haber pedido más de doce legiones de ángeles para protegerte (Mt. 26:53); pero no lo hiciste. En cambio, en las últimas horas de Tu presencia humana aquí en la tierra, oraste y lloraste con dolor. El Jardín de Getsemaní fue testigo de Tu humanidad: Tus lágrimas, Tu miedo y Tu valor. Tan fuertes fueron estos sentimientos y Tu convicción, que así Tu cara sangró en alta presión: "Padre, si estás dispuesto, toma esta copa de mí; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). No podemos imaginar cómo debe haberse sentido esto. Nada comparado con lo que habría de suceder a continuación, pero te agradecemos porque fue allí en el Jardín de Getsemaní donde hiciste Tu llamada final, Tu resolución para proceder, para insertarte en la locura de la humanidad, y así conquistar la locura misma. Quizas de esta manera podríamos entender quien realmente eres... finalmente ver Tu corazón en todo esto.
¡Estas son las buenas noticias que celebramos esta Pascua y siempre! La alegría de servir a un Dios creador que nos busca tanto, de esta manera, y a pesar de nuestras imperfecciones. Un Dios que rompió toda desesperanza y temor, venciendo incluso a la muerte, para mostrarnos, en nuestros términos humanos, el AMOR divino y poderoso que Él siente por todos nosotros sus hijos. Por todo esto, ¡te damos GRACIAS Jesús! Por todo lo que has hecho. Por todo lo que aún haces. Cada parte una obra de arte, diseñada para ganar nuestros corazones pequeños, distraídos, ocupados y obstinados, y hacernos Tuyos.
¡Felices Pascuas!
Siempre,
JUNTOS
(M.A.R-B)
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